Ene 152020
 
 15 enero, 2020  Noticias
Una vecina, condenada a abandonar su piso durante un año por dar de comer a las palomas desde su ventana.
 
La justicia da la razón a la comunidad, que la había demandado por las molestias que provocaban las aves y los desperfectos en la fachada causados por los excrementos
Además de exponerse a posibles multas, estos vecinos deben saber que su sensibilidad animalista puede acarrearles un serio problema legal con su comunidad. Así le ha sucedido a esta vecina, a quien, tras ser demandada por sus vecinos, la Audiencia Provincial ha prohibido el uso de su propia vivienda durante un año por dar de comer a las palomas desde su ventana y en las proximidades de la portería del edificio. Además, según la sentencia, deberá indemnizar al resto de propietarios con 1.363 euros por las molestias y los daños ocasionados por los animales en la fachada del edificio.
 
El conflicto viene de lejos. En 2008, la comunidad ya logró que la justicia dictara una sentencia que condenaba a la mujer a abstenerse de dar de comer y beber a las aves en el alféizar de las ventanas de su piso y en el entorno del edificio. Sin embargo, no se dio por aludida y, en 2017, tras comprobar que no cesaba en su actitud, los propietarios interpusieron una nueva demanda contra ella.
 
En este nuevo proceso judicial, el juzgado de primera instancia entendió probado que la señora daba de comer a las palomas y, por ello, le obligó a abandonar dicha conducta y le privó del «uso y goce del inmueble» durante doce meses. Además, fijó una indemnización a favor de la comunidad de 1.363 euros. La afectada recurrió en apelación alegando, entre otras cosas, la desproporción de la medida. Argumentó que la presencia de más suciedad de la normal en la fachada del edificio podía deberse a otras razones, como el agua de la lluvia o el desprendimiento de algún trozo del alféizar de las ventanas.
 
Sin embargo, la AP rechaza su razonamiento y justifica la condena en que, «al margen del deslucimiento del edificio a causa de las heces de las palomas», la molestia que generan las aves para los demás propietarios «va más allá de lo que se considera justificado que los vecinos tienen que soportar en una ordenada y habitual convivencia».
paloma